Hija mía, hubieron tantos momentos en que no tuvimos tiempo ni ganas
de explicarnos lo que dábamos desinteresadamente y justificadamente a la vez,
yo te vi crecer, te vi sufrir, te vi desear mi bienestar, siempre que pudiste me ayudaste
fuiste esa mano que del Cielo bajaba para alcanzarme el Sol,
cuando en las noches no podía dormir pensando qué sería de nuestra familia
esas lágrimas que mojaban mi rostro,
encerrada en la cocina tratando de que no faltara la comida de mañana
inventando con lo que había algo para que pudieran crecer nutridos,
haciendo cuentas, redoblando esfuerzos, angustiada por el futuro
venía tu rostro amoroso, tu voz llena de amor a darme aliento,
yo era necia en seguirme sintiendo sola, estabas ahí siempre estuviste
aún cuando la rebeldía te llevara un rato lejos de mí,
siempre confié en tu solidez, cuando te veo hoy descubro que
lo que hice cada día estaba labrándome tu respeto y tu reconocimiento.
Soportaste mis debilidades y levantaste mis brazos desde el primer día
en que vi tu presencia en este mundo, me hiciste Madre,
me diste el mejor Diploma, nunca dudé de que serías Grande,
te vi ser la mejor amiga de todos, ser la mejor Hermana,
la cómplice de los desvalidos, la fortaleza de los Débiles,
lo mejor de mí quedó impreso en tus entrañas,
es la Posteridad de mi Simiente la que llevaste a la cumbre
entrañable amiga mía, mis penurias rozaron tus alas tantas veces
cuántas veces me sentí impotente de darte todo lo que te merecías...
Sin embargo, vos me enseñaste con el transcurso de estos años
que hay pocas cosas más importantes que el amor sincronizado
fuiste más que un Hombre para mí, fuiste más que un Premio
hiciste posible que descanse sobre laureles eternos,
saber que cuando no estabas conmigo
era porque estabas haciendo lo correcto en algún otro lugar
mucho más digno que imitar que mis adolescentes ocurrencias
para hacer amenas las horas de duro destino compartido.
Cada sonrisa que logré de tus labios,
cada vez que comprobé que me amabas así tan imperfecta
que nunca te avergonzaste de mí, que me presentabas diciendo
con el pecho abierto y la cara resplandesciente
- Te presento, esta es mi vieja.-
Si te quejaste alguna vez de mí, fue con razón,
pensar que yo no pude ver así a mi propia Madre
y verte hacerlo conmigo, no sabes lo que significa...
Hija mía, te recuerdo de bebé paradita esperando mis brazos
y eso hizo que valiese la pena estar viva, nunca te lo dije
algún día serás mamá y tal vez no tengas este privilegio
porque Hijas como vos, no sé si se reproducen genéticamente,
pero Hoy era ese Día Especial para decírtelo sin que me lo pidas.
Gracias por enseñarme a ser Madre
